Por entre unas matas,
Seguido de perros,
(No
)
Volaba un conejo.
De su madriguera
un compañero,
Y le dijo:—¡Tente!
Amigo, ¿
es esto?
—¿
ha de ser? responde;
Sin aliento llego...
Dos
galgos
Me vienen siguiendo.
—
, replica el otro,
Por
los veo,
Pero no son galgos.
—Pues, ¿
son? —Podencos.
—¿
? ¿Podencos dices?
—
, como mi abuelo.
—Galgos y muy galgos;
Bien vistos los tengo.
...
En esta disputa,
Llegando los perros,
Pillan descuidados
A mis dos conejos.
Los que por cuestiones
de poco momento
dejan lo que importa,
este ejemplo.
(Tomás de Iriarte: 'Los dos conejos')