En
casa cada uno tenía
cosas. El gato era mío y la pelota de
hermana. Había dos bicicletas: una mía y otra suya. La mía era mejor que las de
primos. Las suyas ya estaban algo viejas.
padre tenía un coche y
madre un caballo. Decía que era solo suyo y no nuestro porque solo ella le daba de comer. Por lo tanto era
caballo.
A veces venía por
jardín un perro que no era nuestro aunque yo decía que era mío.
padres se reían aunque nadie sabía quienes eran
dueños.
- Si fuese tuyo - decía
padre- tendrías que cuidarlo y darle de
comida. |