Blancanieves - 2
Esta vez la reina se puso más furiosa todavía y, preparó una manzana mitad blanca y mitad roja y disfrazada de una anciana vendedora se acerca a la casa de los enanitos y le ofrece la manzana a Blancanieves. Como la joven no se decide, la malvada madrastra corta la manzana por la mitad y se come la parte blanca, ofreciéndole la parte roja a Blancanieves.
—Prueba y ya verás qué sabrosa está. Traigo más en este saco y seguro que a los enanitos también les gustarán.
Blancanieves comió la parte roja de la manzana e inmediatamente cayó en un profundo sueño. Cuando los enanos la encuentraronn, pensaron que estaba muerta. Pero como aún conservaba su gran belleza, los siete enanitos no tuvieron el valor para enterrarla, así que la metieron en un ataúd de cristal y oro para poder verla todo el tiempo.
En su palacio, la malvada bruja le preguntaba al espejito:
—Espejito, espejito: ¿quién es la mujer más guapa de este reino?
—Tú, mi reina, Tú eres la mujer más hermosa de este reino
El tiempo pasa y un príncipe que viajaba a través del reino, se paró a descansar en casa de los enanitos y vio a Blancanieves en el ataúd. Y, encantado por su belleza, de inmediato se enamoró de ella.
—Os ruego que abráis el ataúd y me permitáis ver de cerca a esta joven tan hermosa antes de partir - solicitó el príncipe a los enanitos.
Al abrir el ataúd, con el aire frío que entraba por la puerta, Blancanieves tosió y con la tos expulsó el trozo de manzana y despertó de su sueño.
—¿Qué ha pasado? ¡Ah! Ya recuerdo todo. ¿Y quién es este caballero?- preguntó Blancanieves mirando al apuesto príncipe.
—Soy el príncipe Aldón del reino de Rocaverde y quiero que vengas conmigo a mi palacio pues quiero casarme contigo.
La maligna reina, creyendo que su hijastra Blancanieves ahora sí estaría muerta, preguntó una vez más a su espejo:
—Espejito, espejito: ¿quién es la mujer más guapa de este reino?
—Tú, mi reina, sigues siendo muy hermosa pero aún lo es más Blancanieves que va a casarse con el principe Aldón.
Con la rabia, la malvada madrastra tiró el espejo al suelo rompiéndolo en pedacitos, y al romperlo se acabó la magia pues era el espejo el que la mantenía joven, y la cruel bruja se volvió tan vieja, tan vieja, que se murió al instante.
(Adaptación)Texto disponible bajo la Licencia Creative Commons. Imágenes: pixabay.com
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