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El pequeño pollito


Era un día caluroso de verano aunque el cielo estaba cubierto de nubes porque había tormenta. El pollito Korico estaba picoteando unas semillas a la sombra de un nogal. De repente se oyó un fuerte trueno y una nuez cayó golpeando al pollito Korico en la cola arrancándole varias plumas.

—¡Pío, pío -se asustó el pollito Korico-, el cielo se está cayendo a pedazos!

Y salió corriendo y batiendo sus alas tan deprisa que casi no tocaba el suelo. Más adelante encontró a la gallina Clueca que estaba escarbando buscando gusanos.

—¡Corre Clueca y escóndete porque el cielo se está cayendo a pedazos!

—¿Y cómo sabes que el cielo se cae? - preguntó Clueca parando de escarbar.

—Lo vi con mis ojos, lo oí con mis oídos y un trozo de cielo cayó sobre mi cola. Corramos a escondernos en algún lugar.

—Có, có, có -chilló Clueca y ambos salieron corrieron.

Pasaban por un puente cuando vieron al pato Cuaco que estaba nadando en el río.

—¡Oh, Cuaco! ¡Deja de nadar y corre porque el cielo se está cayendo! - cacareó la gallina Clueca.

—¿Y cómo lo sabes?

—Pollito Korico me lo contó.

—-¿Y cómo sabes que el cielo está cayendo pollito Korico? - preguntó Cuaco.

—Lo vi con mis ojos, lo oí con mis oídos y un trozo de cielo cayó sobre mi cola.

—¡Cuac, cuac! - se asustó el pato-. Será mejor salir corriendo.

Y los tres corrían más que el viento dando chillidos de espanto hasta que encontraron al ganso Panzo comiendo unas cerezas al lado de un lago.

—¡Oh, Panzo! ¡Deja de comer y corre porque el cielo se está cayendo! - chilló el pato Cuaco.

—¿Y cómo lo sabes?- preguntó Panzo.

—La gallina Clueca me lo contó.

—¿Y cómo sabes tú que se cae el cielo Clueca?

—El pollito Korico me lo contó.

—¿Y cómo sabes tú eso pollito Korico?

—Porque lo vi con mis ojos, lo oí con mis oídos y un trozo de cielo cayó sobre mi cola.

—Será mejor que corramos -se asustó el ganso Panzo.

Y corriendo los cuatro llegaron a la casa del zorro Raposo que estaba durmiendo en un banco a la puerta de su casa.

Con el ruido de las aves, Raposo se despertó. Levantó las orejas y se frotó los ojos porque no podía creer lo que estaba viendo.

—¿Qué ocurre amigos? ¿A dónde vais tan deprisa y con ese espanto?

—Será mejor que también tú corras a esconderte porque el cielo está cayendo a pedazos - gritó Panzo.

—¿Y cómo lo sabes tú? - preguntó Raposo.

—-El pato Cuaco me lo contó.

—¿Y cómo lo sabes tú pato Cuaco?

—-La gallina Clueca me lo contó.

—-¿Y cómo sabes tú eso gallina Clueca?

—El pollito Korico me lo contó.

—¿Y cómo lo sabes tú pollito Korico?

—Porque lo vi con mis ojos, lo oí con mis oídos y un trozo de cielo cayó sobre mi cola. Tenemos que escondernos en algún sitio.

—Pues aquí en mi casa estaréis totalmente a salvo pues sus paredes son de piedra y tiene rejas en las ventanas. Y yo vigilaré para que el cielo no os caiga encima

Y Korico, Clueca, Cuaco y Panzo se metieron corriendo dentro de la casa de Raposo que ciertamente cuidó de que el cielo no les cayera encima. En verdad nunca más volvieron a ver el cielo.

(Adaptación) Cuento popular. Imágenes: pixabay.com


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