Los tres cerditos
En medio del bosque había una cabaña en donde vivían tres cerditos con su mamá. Un día su madre, con lágrimas en los ojos, les dijo:
—Aquí no hay comida para los cuatro, ya sois mayores y debéis hacer vuestras propias casas en diferentes lugares del bosque.
Los tres cerditos se fueron apenados y al mismo tiempo emocionados pues iban a ser independientes y a vivir por su cuenta.
El mayor, que se llamaba Cerón, llegó a un campo de trigo y pensó:
—Construiré mi casa con paja y comeré granos de trigo.
Recogió paja y se construyó su casita. Al cabo de una hora ya había terminado y se acostó a tomar el sol.
El mediano, que se llamaba Cerén, llegó a un bosque con grandes árboles en donde había muchas castañas tiradas por el suelo.
—Construiré mi casa con ramas secas y comeré castañas.
Al cabo de tres horas ya había terminado su casita y se fue a dar un paseo por los alrededores.
El más pequeño, que se llamaba Cerín, llegó a un terreno plantado de patatas y cerrado con un muro de piedra.
—Construiré mi casa con estas piedras y comeré las patatas de este terreno.
Por el bosque vivía el lobo Bocón, que andaba muy hambriento. Buscando algo que comer, llegó a la casa del cerdito mayor. Al verlo, el cerdito mayor corrió a encerrarse en su casa temblando de miedo.
—Cerdito, cerdito. Sé que estás ahí. ¡Ábreme la puerta que tengo hambre!
—¡No, no. Que me comerás! - dijo el cerdito.
—¡Soplaré y soplaré y tu casa derribaré!
Y sopló y la casa tembló. Volvió a soplar y la casa cayó.
El cerdito salió corriendo por entre el trigo y llegó a casa del hermano mediano.
—¡Corre Cerén, que viene el lobo! -, y los dos se metieron en casa.
Al poco llegó el lobo siguiendo el rastro del cerdito:
—Cerditos, cerditos, sé que estáis ahí. ¡Abridme la puerta que tengo hambre!.
—¡No, no, que nos comerás!
—¡Soplaré y soplaré y vuestra casa derribaré!
Y sopló y la casa tembló. Volvió a soplar y la casa volvió a temblar pero no se cayó.
—¡Empujaré y empujaré y la casa derribaré!
Y el lobo derribó la casa y los dos cerditos salieron corriendo por entre los árboles y llegaron a la casa del cerdito menor que aún estaba colocando la última piedra en su chimenea.
—¡Corre Cerín , que viene el lobo! -y los tres se metieron en casa
Cerón se escondió debajo de la mesa y Cerén se metió en un armario, mientras Cerín ponía una olla llena de agua al fuego de la chimenea.
Instantes después llegó el lobo:
—Cerditos, cerditos, sé que estáis ahí. ¡Abridme la puerta que tengo hambre!
—No te abrimos, que nos comerás - contestó Cerín.
—¡Soplaré y soplaré y vuestra casa derribaré!- sopló y sopló y nada tembló.
—¡Empujaré y empujaré y la casa derribaré! - empujó y empujó y ni una piedra se movió.
Entonces el lobo buscó un lugar por donde entrar en la casa. Viendo la enorme chimenea, de un brinco se subió al tejado y se deslizó por la chimenea cayendo en la olla cuya agua ya estaba hirviendo y allí al instante se murió.
(Adaptación) Cuento popular. Imágenes: pixabay.com
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