Un homre tenía un caallo y un urro ya iejo. Un día que amos ian camino a la ciudad, el urro, sintiéndose cansado, le dijo al caallo:
— Llea un poco de mi carga puesto que
a a acaar con mi ida.
El caallo, haciéndose el sordo, no dijo nada y el
urro cayó íctima de la fatiga y murió allí mismo. Entonces el homre suió toda la carga encima del caallo que muy tristemente sollozaa:
—¡Qué mala suerte tengo! ¡Por no haer querido cargar con un lee peso ahora lo cargo todo!